Lágrimas de campeón (25-21)

El MMT Seguros arrinconó al todopoderoso Bidasoa durante 55 minutos, los que les duraron las piernas y el corazón, una gasolina que estaba en la reserva antes de entrar en la fase y que los zamoranos apuraron hasta que fue imposible dar un paso mas. Fue ahí cuando, teniéndolo tan cerca, afloraron las lágrimas de un equipo campeón que estuvo cerca de hacer un imposible.

El Balonmano Zamora perdió pero lo hizo como debe caer un campeón, sin rendirse nunca, incluso cuando ya estaba clara la derrota. Y ese esfuerzo hasta la extenuación, esa lucha por tratar de devolver a Zamora a la Asobal se transformó en el llanto desconsolado de Marca Abalos cuando sonó el bocinazo final, lágrimas del que siempre quiere ganar y lo roza con la yema de los dedos.

Lágrimas de Iñaki con sabor a despedida. Lágrimas del esfuerzo que hay detrás, de quien, pese a llegar a Irún pensando en las pocas opciones de los suyos, se acabó convenciendo de que era posible. El llanto de Edu, de un Alberto Molina que se ha mostrado como uno de los mejores jugadores de Plata en cuanto se ha hecho al juego de los suyos, las lágrimas de quienes son de la casa y han mamado el ADN Balonmano Zamora desde hace mucho.

Y el MMT Seguros lloró porque tuvo cerca volver a ser un equipo de Asobal. Lo tuvo cuando empezó ganando en los primeros minutos, lo tuvo cuando físicamente fundido tuvo arrestos para un parcial final del primer tiempo de 4-0 que le dejó a un gol de Bidasoa. Lloró el equipo porque en la segunda mitad logró igualar la contienda pese a que ya sólo jugaban con el corazón. Y lloró el MMT Seguros porque supo, a cuatro minutos del final que no quedaba nada dentro para seguir peleando y aun así con un marcador adverso, lo intentó hasta el final.