El MMT Seguros sobrevive a un final de infarto (24-23)

El cuadro pistacho cuaja un gran encuentro y consigue dominar durante 50 minutos en el marcador aunque acaba sufriendo en el final por el empuje del cuadro burgalés.

El MMT Seguros Balonmano Zamora volvió a encontrarse con la victoria en el Ángel Nieto y lo hizo con un partido sensacional de todas sus líneas en el derbi frente al Villa de Aranda. Desde Miranda, que fue un auténtico muro para los visitantes, hasta Esteban Salinas, todos los zamoranos consiguieron sumar para que la victoria acabara quedándose en casa.

Empezó el partido nervioso, con pérdidas por ambos lados, algo que aprovecharon los de Aranda para ponerse 2-4 merced a dos contraataques. Fue ese el punto de inflexión para los pistacho, que recordaron al equipo de inicio de temporada en cuanto a las pérdidas, pero también en cuanto a la intensidad en ataque y defensa.

La vuelta de Octavio fue clave para que el ataque zamorano volviera a subir sus guarismos y en cuanto el central consiguió conectar con todos sus compañeros, los zamoranos empezaron a funcionar. Con 4-7 en el electrónico, comenzó a aparecer el mejor momento de los zamoranos, un momento que se alargaría en el tiempo hasta los momentos finales.

En ataque el MMT Seguros era una fina sinfonía clásica dirigida por Octavio y acompañada por el tiro lejano de Diego Reyes, el trabajo incansable de Esteban Salinas y las penetraciones de los extremos. En defensa los zamoranos eran rock and roll y no permitían que llegara ningún gol de los de Aranda. Miranda, extramotivado, fue un auténtico muro que secó a los visitantes.

De ese 4-7 se pasó a un 7-7 en el que zozobró ligeramente el MMT Seguros y a un definitivo 12-7 que hizo que el Ángel Nieto estallara de alegría. El Villa de Aranda no podía reaccionar y aunque consiguió ver algo de puerta hasta el descanso, no pudo reducir una renta que dejaba en el buen camino a los zamoranos (14-9).

En el segundo periodo consiguieron ser un equipo sólido los pupilos de Garcia Valiente, manteniendo a raya a los visitantes, devolviendo cada golpe recibido con un gol, algunos de bella factura como el logrado por Octavio tras un doble salto. Pasaban los minutos y los de Aranda no conseguían reducir la renta de cinco goles.

Sin embargo, el debe de este equipo, el de los minutos finales, cuando se acaba la gasolina, volvió a aparecer y sembró las dudas en el equipo y la grada, que veían como se reducían los goles hasta dejarlo en uno en el último minuto.

Entonces la locura se apoderó del Ángel Nieto. Villa de Aranda tenía la bola para empatar y el MMT Seguros se defendía con uñas y dientes. Iñaki salía a frenar un disparo y recibía la exclusión, los visitantes decidían salir con portero-jugador y en medio de la jugada de ataque, con dos hombres de superioridad, perdían una bola que le daba oxígeno a los zamoranos.

Entonces los hombres de García Valiente intentaron que pasara el tiempo sin perder una bola frente a la asfixiante presión del conjunto burgalés. La bola llegaba a Miranda que, creyendo que no había llegado a colocarse el portero, disparaba sin que llegara a crear peligro a los de Aranda. Un nuevo ataque, aunque con menos tiempo, acababa en pasos y el Ángel nieto podía festejar una nueva victoria de los suyos.