Salva Camps sobre el CB Zamora: “Nos han sacado 16 rebotes y eso nos ha matado”
El CB Zamora firmó una victoria de peso este domingo 27 de abril ante Tizona Burgos, no solo por el marcador, sino por la autoridad mostrada en aspectos clave del juego, como el rebote ofensivo, que terminó siendo una losa imposible de levantar para los burgaleses. La derrota deja al equipo de Salva Camps sumido en una preocupante racha de seis partidos consecutivos sin ganar y con síntomas que van más allá del resultado.
Tizona saltó a la pista burgalesa con intensidad, pero también con ansiedad. Una mezcla que se tradujo en desacierto y nerviosismo desde los primeros compases del encuentro. Pese al empuje y la entrega de sus jugadores, el conjunto local no logró controlar uno de los factores más determinantes de la tarde: el rebote. Zamora castigó con 9 capturas ofensivas solo en la primera mitad, aprovechando hasta el último balón dividido y marcando la diferencia en el ritmo del partido.
“Nos han dominado el rebote ofensivo y eso nos ha castigado mucho”, reconoció Salva Camps tras el choque. La estadística no deja lugar a dudas: hasta 16 rechaces de diferencia acumuló el CB Zamora, cimentando su victoria en una superioridad física y mental constante. Y aunque Burgos mantuvo el pulso durante varias fases del partido, cada intento de remontada se desvanecía entre errores no forzados, tiros liberados que no entraban y esa falta de chispa que antes definía al equipo.
Camps no ocultó la frustración de un vestuario tocado, pero no hundido. “Estamos jodidos porque no queremos perder, pero esto es deporte y nos da otra oportunidad el domingo que viene”, apuntó el técnico, poniendo el foco ya en el siguiente compromiso en Madrid. El discurso del entrenador del Tizona combinó autocrítica, esperanza y una sinceridad desarmante sobre el desgaste emocional que arrastran sus jugadores: “Las cabezas son muy jodidas. Cuando entras en esta dinámica, cuesta”.
No faltó tampoco un mensaje de orgullo hacia su cuerpo técnico, a quien elogió por el planteamiento táctico pese al resultado. Porque para Camps, la diferencia no estuvo tanto en la pizarra como en los pequeños detalles: balones divididos, acciones de segunda oportunidad, y una identidad de juego que el equipo aún busca recuperar. “Tenemos que volver a jugar con alegría, con ritmo. Esto es un deporte divertido”, insistió.
El entrenador cerró su comparecencia con una declaración de intenciones: recuperar la esencia del equipo, competir con ilusión y llegar al final de temporada con la cabeza alta. “Si pasara algo ahora, yo me moriría tranquilo. Lo he dado todo. Y eso es lo más importante”.