Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
El Día Mundial de la EPOC se celebra el 18 de noviembre, fecha en que se intenta promover en todo el mundo una más profunda comprensión de la enfermedad y una mejor atención a los pacientes. Según los cálculos de la OMS , hay en la actualidad hay más doscientos diez millones de enfermos de EPOC.
La OMS prevé que para 2030 esta dolencia se habrá erigido en la cuarta causa más importante de mortalidad en todo el mundo. Los principales factores de riesgo son el tabaquismo, la contaminación del aire, tanto en espacios cerrados como en el exterior, y la inhalación de partículas de polvo y sustancias químicas en el lugar de trabajo.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se caracteriza por un bloqueo persistente del flujo de aire. Se trata de una enfermedad subdiagnosticada y potencialmente mortal que altera la respiración normal y no es totalmente reversible. Los términos bronquitis crónica y enfisema están obsoletos, quedando englobados en el diagnóstico de EPOC.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes de la EPOC son la disnea (falta de aire), la expectoración anormal y la tos crónica. A medida que la enfermedad empeora, pueden hacerse muy difíciles actividades cotidianas como subir unos cuantos escalones o llevar una maleta.
Diagnóstico y tratamiento
La presencia de EPOC se confirma con una prueba diagnóstica, llamada espirometría, que mide la cantidad y la velocidad del aire inspirado y espirado. Como tiene una evolución lenta, generalmente se diagnostica en personas de 40 años o más.
La EPOC no se cura y es esencial dejar de fumar para prevenir la progresión de la enfermedad. Existen varios tratamientos que pueden ayudar a controlar sus síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, los medicamentos broncodilatadores pueden mejorar la disnea.
El primer consejo es, además de dejar de fumar, llevar una dieta equilibrada obviando las comidas que le puedan hinchar y las bebidas gaseosas, ya que pueden provocar mayor sensación de ahogo.
La especialista indica que a la hora de vestirse, si la enfermedad está muy avanzada y les cuesta, pueden incluir modificaciones en su rutina que les facilitarán el día a día, como vestirse sentados, no agacharse para ponerse los zapatos, subir el pie y utilizar calzador u optar por zapatos sin cordones y con velcro.
La higiene es otro aspecto que puede acarrear problemas ya que el baño está cerrado, propicia que aumente la condensación y con ello la sensación de ahogo. Ante estas situaciones recomienda adaptarlo para poder sentarse durante el momento de la higiene.
Fuente: La OMS