La Novena de Ánimas y el simbolismo de la hoguera en Riofrío de Aliste
En Riofrío de Aliste, la celebración del Día de Todos los Santos comienza con la tradicional "Novena de Ánimas", una serie de rezos y procesiones que, durante nueve días previos al 1 de noviembre, congrega a los habitantes del pueblo para orar por sus difuntos. Este acto comunitario incluye recorridos con velas encendidas y paradas en distintos puntos para realizar responsos en memoria de las almas que esperan descanso.
El día de la festividad, los vecinos visitan el cementerio por la mañana para honrar a sus seres queridos. Por la tarde, los jóvenes suben a los montes de la región para recoger grandes troncos de robles o encinas, que luego transportan al pueblo. Allí, junto a la iglesia, se enciende una gran hoguera, bendecida por el sacerdote y vista como una representación simbólica de las llamas del infierno para las almas pecadoras.
Durante esta ceremonia, los vecinos observan las chispas o "muscas" de la hoguera, que simbolizan las almas del purgatorio elevándose al cielo una vez perdonadas. Después, el tronco central de la hoguera se subasta entre los pobladores y los fondos obtenidos se destinan a los jóvenes que realizan el "toque de encordar", un repique de campanas en memoria de los fallecidos, una tradición importante en el ritual de despedida de la comunidad.
Al amanecer, tras la vigilia nocturna, las brasas de la hoguera se aprovechan para asar alimentos, como castañas y carne, compartidos con vino y aguardiente. Entre cantos de ánimas, los vecinos recuerdan a sus difuntos y fortalecen los lazos comunitarios, manteniendo vivo un legado que une fe, tradición y memoria en cada Día de Todos los Santos.