El 26 de mayo el recinto ferial Ifeza abría sus puertas para acoger una vacunación masiva que imprimiera ritmo a la campaña de inoculaciones que Gobierno y comunidades querían acelerar para llegar a la "inmunidad de rebaño".
Ese día estaban llamados a vacunarse con Pfizer unos 8.000 zamoranos de las quintas de 1962, 1963 y 1964. La jornada transcurrió con normalidad, aunque a primera hora de aquella mañana se formaron largas colas que se despejaron enseguida dada la agilidad con la que los sanitarios administran los "pinchazos".
Como ahora, Ifeza comenzó con 10 líneas de vacunación, casi el doble que en el Teatro Ramos Carrión, en un amplio espacio que permitía agilizar el ritmo y avanzar en la inmunidad de la población. Ello, unido a una buena organización ha permitido que los zamoranos no hayan tenido que esperar largas colas, excepto en momentos puntuales debido a que algunos ciudadanos no respetaban los horarios, según aseguró entonces la delegada territorial de la Junta, Clara San Damián.
Esa mañana del 26 de mayo, San Damián, junto al Subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco, y el presidente de la Diputación de Zamora, Francisco Requejo, visitaban el nuevo vacunódromo que siguió la siguiente semana con las inoculaciones de los zamoranos de 50 a 59 años y con el de los trabajadores esenciales, vacunados en su día con AstraZeneca, pendientes de recibir la segunda dosis.
En esa fecha, un 46% de la población zamorana había recibido ya la primera dosis. Un mes después, la cifra supera el 65%. En cuanto al ciclo completo, al inicio de la vacunación masiva un 29,87% de los zamoranos ya tenían inoculada la segunda dosis y 30 días después, ese porcentaje aumenta a casi el 44%.
