jueves. 18.04.2024
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La austeridad de la Iglesia de San Claudio de Olivares no restó ni belleza ni emoción a uno de los ritos más emblemáticos de la Semana Santa de Zamora.

La Hermandad de Penitencia Cristo del Amparo, más conocida como las Capas Pardas, celebraba la entrada de cuatro nuevos hermanos, aunque uno de ellos no pudo asistir, y de la entrega del Bombardino de Oro al coro Jerónimo Aguado, el coro de la Hermandad de Jesús Yacente, dirigido por Pablo Durán, orgulloso de un galardón que recibe el mismo día en el que la agrupación celebra su 69 aniversario.

Agustín Lorenzo entrega el Bombardino de Oro a Pablo Durán
Agustín Lorenzo entrega el Bombardino de Oro a Pablo Durán

La misa precedió a un rito con una iglesia llena, con los cofrades ataviados con capas pardas y los nuevos hermanos esperando con emoción contenida ser "tapados" con ellas. No era para menos. Los cuatro nuevos hermanos que causan alta este año llevaban esperando el momento casi 40 años en la lista de espera de la Hermandad.

Sus nombres
- Javier Martín Eguaras Gutiérrez.
- Ángel Ganado Gamazo.
- Zacarías Martinez-Maillo Toribio.
- José Luis Gato Morales .

Poco antes, el bombardino Eduardo Vidal impuso el botón de plata en la capa parda a los cuatro mayordomos de este año:
- Javier Lozano Suárez.
- Gerardo Rubio Martín.
- Casimiro Miguel Lucas.
- Roberto Barrios de la Fuente

Las emociones no se acabaron ahí. El hermano Luis Felipe Delgado anunciaba la entrega del Bombardino de Oro al Coro Jerónimo Aguado, el coro de la Penitente Hermandad de Jesús Yacente, las voces que maravillan a visitantes y locales con el canto del Miserere.

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El primer bombardino de la Hermandad, Agustín Lorenzo, visiblemente conmovido, entregaba el galardón al director del coro, Pablo Durán, justamente después de que un 2 de abril de hace 69 años naciera de forma improvisada una coral que forma parte ya del corazón de la Semana Santa.

Pablo Durán dirigió unas palabras a los hermanos para hacerles partícipes del orgullo por un galardón que premia a un coro que ha puesto "voz, sentimiento y corazón a la súplica de perdón de toda una ciudad al paso del Cristo", desde aquellas 16 primeras voces hasta las más de 200 de hoy.

La ceremonia concluyó con un Agustín Lorenzo con la voz quebrada dirigiéndose a los asistentes mientras recordaba a los hermanos difuntos.

Los nuevos hermanos de las Capas Pardas: casi 40 años esperando el momento