viernes. 19.04.2024
Daniel Boyano Sotillo
Daniel Boyano Sotillo
Para Cryosanabria el reemplazo de bosques autóctonos en Sanabria y La Carballeda por monocultivos de árboles de crecimiento rápido como los pinos, está convirtiendo a nuestras tierras más biodiversas en desiertos verdes. Estos monocultivos además de contaminarnos nos están deshidratando. Las raíces de los pinos de repoblación son capaces de extraer grandes cantidades de agua del suelo y de sus capas freáticas, además de favorecer incendios forestales

Debido a la situación en Sanabria y La Carballeda, Cryosanabria apuesta por especies autóctonas para reducir los incendios forestales y favorecer el aumento de la biodiversidad, ya que las quercíneas, entre ellas el roble (Quercus pyrenaica) resisten mejor el avance del fuego, ayudan a extinguirlo, y, a la vez, se regeneran mejor del fuego con sus propios rebrotes.

Por un lado se apuesta por la reforestación, por otro por las campañas de sensibilización contra incendios para conservar los bosques que ya existen, y por último por la conservación genética de individuos concretos de árboles monumentales, centenarios y milenarios, de Sanabria que mediante diferentes técnicas forestales el personal voluntario de CRYOSANABRIA saca descendientes fértiles manteniendo la genética al 100% de estos ejemplares únicos.

Cada una de las acciones de conservación ambiental se realiza sin ningún presupuesto y sin tener gastos, solo son el personal voluntario de la asociación que ofrece su tiempo, demostrando de esta monera que de forma participativa y mediante el apoyo mutuo se pueden conseguir muchos objetivos.

El presidente de CRYOSANABRIA , Daniel Boyano Sotillo, recuerda que plantar árboles autóctonos siempre ha sido uno de los gestos más solidarios que ha realizado el ser humano ya que las personas que se beneficiarán del mismo serán las siguientes generaciones.

También es un acto solidario con diferentes animales, por ejemplo con las aves para que puedan poner sus nidos y se alimenten de sus flores y frutos, además estas especies serán futuras plantadoras de árboles. Del mismo modo otros animales como ardillas o martas usaran sus oquedades como lugares de cría y descanso.

Los árboles han sido clave en la socialización del ser humano, tanto en las reuniones que se hacían al frescor de su sombra en días calurosos, como al calor del fuego obtenido de su madera en las largas noches de invierno.

Podemos considerarlo solidario porque con la fotosíntesis de estos árboles se generará oxígeno para respirar y se fijará dióxido de carbono, frenando de esta manera el cambio climático.

Al plantar un árbol, contribuiremos  a frenar la desertificación ya que el árbol con sus raíces agarrará el suelo y con sus hojas frenará el impacto directo de las gotas de lluvia contra el propio suelo. Los árboles también frenan los vientos y contribuyen a mantener el frescor y la humedad en las épocas más secas del año.

Muchos árboles conviven en simbiosis con hongos, los cuales necesitan a dichos árboles para realizar intercambio de nutrientes.
A los seres humanos, su madera nos ha servido para calentarnos y son la materia de los muebles y utensilios que usamos ¡sin árboles nunca hubiera habido civilización/humanidad!.

Gracias a ellos elaboramos papel para escribir y difundir nuestra cultura, nos regalan hojas y flores olorosas, y además, por si fuera poco, nos ofrecen un espacio de cobijo para descansar, protegernos del sol a la sombra o pueden servir, incluso, de espacio para reunirse y tomar decisiones o/y contar historias, o también como lugar para esconderse y que los jóvenes enamorados se den su primer beso".


Los bosques autóctonos son el hogar de numerosas especies de seres vivos, y garantizan con su existencia las condiciones óptimas de la vida en la Tierra, al producir oxígeno y regular el ciclo del agua. Todas las medidas que los preserven o recuperen nos benefician a toda la humanidad y son necesarias para garantizar el agua, frente a escenarios de sequías e incendios, cada vez más previsibles. Por tanto, la ampliación y recuperación de los amplios robledales, acebales, soutos de castaños, acebales, tejedas y encinares son la herramienta más eficaz para cuidar nuestro entorno natural.


Por ello, desde Cryosanabria, con el apoyo de patrocinadores locales y su personal voluntario, contribuyen a solucionar este problema con la repoblación de especies arbóreas autóctonas. 

Cryosanabria sigue los lineamientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el documento "Trabajar con el medio ambiente para proteger a las personas", donde el PNUMA de la ONU detalla cómo «reconstruir mejor», mediante una base científica más sólida, políticas que contribuyan a un planeta más sano. «Con la COVID-19, el planeta ha enviado su mayor alerta hasta la fecha indicando que la humanidad debe cambiar y respetar los ciclos naturales de los ecosistemas», ha explicado la Directora Ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
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CRYOSANABRIA continúa con su programa de recuperar el bosque autóctono sanabrés y...