Dicen que nunca es tarde y para Tere Araujo la vocación por la pintura llegó tras la prejubilación. "Siempre me había gustado mucho pero no sabía coger ni un pincel", asegura. Fue una asociación ubicada en el barrio de Pantoja donde esta zamorana se atrevió por fin a trazar por primera vez los lienzos y atreverse a mezclar colores, un arte que ha terminado por conquistarla y hacer que cada año muestre sus avances en Bermillo de Sayago.
Desde 2017 la programación cultura de "La Mayuela" hace un hueco especial al arte de Tere, una de las vecinas con mayor implicación dentro de la asociación y que, pese a su templanza y aparente tranquilidad, muestra en sus obras la inquietud por el aprendizaje constante. "Antes me centraba mucho en pintar mujeres, me apasiona junto a las flores". Esta vez se ha lanzado a retratar animales, en un entorno como es Bermillo en el que las ovejas pastan a sus anchas como en sus lienzos.
El arte fluido también se ha hecho un hueco en la pintura de Tere, una técnica mucho más rápida, pero que ha conquistado a la zamorana. "No sé si gustará, a lo mejor es demasiado moderno, pero a mi me ha encantado experimentar".
En total más de una treintena de obras elaboradas en apenas medio año componen una muestra de lo más completa en la que destaca la variedad temática por encima de ediciones pasadas. Una muestra que ya se puede contemplar en el Ministerio de Trabajo de Bermillo hasta el próximo 22 de agosto en horario de 19:00 a 21:00 horas.
El casco antiguo de Zamora, niñas y bodegones -entre ellas completan una amplia variedad temática en la que Araujo ha experimentado con diversos materiales, mezclando mica, arroz y arena en sus obras de arte fluido, mientras en otras ha apostado por mezclar tela de ropa y pegamento que simula los propios ropajes de sus ya tradicionales mujeres adornados con pan de oro y pintura acrílica. Una técnica que también decora parte de la plaza de Requejo en forma de máscaras y sobre la que ya planea impartir un curso para las vecinas del pueblo. Una técnica que también exporta a espejos rotos, al margen de los malos augurios.
La imaginación de Araujo no tiene límites y, aunque piensa en darse unos meses de descanso antes de ponerse de nuevo pincel en mano a crear, su cabeza ya da vueltas a nuevas obras: "El invierno tiene tantas horas... y al final te pones frente a un lienzo y te picas". Mientras, sus últimas obras aguardan a ser descubiertas por los sayagueses y visitantes que deseen acercarse al centro de Bermillo para contemplar su arte, que están a la venta. "Creo tanto que, de otra forma, no podría entrar en casa", bromea.
