viernes. 29.03.2024
Arvi en Villar del Buey
Arvi en Villar del Buey

Dos historias cruzadas y Sayago como telón de fondo. Perdida por los parajes y pueblos más recónditos de la comarca, la autocaravana de Ana es el punto de partida de una novela que reza “gracias” por los cuatro costados a los vecinos que ampararon al matrimonio en plena tormenta Filomena, personas y almas que les marcaron y con las que han forjado vínculos de por vida. También con una tierra que ha impulsado a la autora a escribir su primera novela.

Seducida por el encanto de Gamones, Fornillos, Formariz, Pinilla de Fermoselle o el propio Fermoselle… Sayago se convierte en el paraje idílico y que se cuela en la propia portada con un titular de lo más elocuente: “Súbete al paisaje, en Sayago. Mucho más que los Arribes”. La novela afronta sus últimos retoques con la vista en lanzarlo al mercado a finales de julio/primeros de agosto y presentarlo el 1 de octubre en el Museo Etnográfico de Castilla y León.

Ana y Rubén, este matrimonio abulense que suma diariamente kilómetros al contador de su autocaravana con la fiel compañía de sus perras, no pudieron elegir mejor lugar para pasar esos días a la deriva. Una parada obligada por el inmenso manto blanco que se cernió a primeros de enero sobre gran parte de la Península y que no hizo sino descubrir aún más la grandeza de Sayago para estos viajeros empedernidos.

Extracto del la novela. Fotografía: CEDIDA

Sayago ha servido también para impulsar a Ana -ferviente lectora y escritora novel, pero acotada hasta el momento a su blog y sus video-resúmenes de sus viajes por YouTube- a emprender un nuevo viaje, esta vez entregada por completo a la labor de escritura en una doble vertiente. El libro “Súbete al paisaje, en Sayago. Mucho más que los Arribes” es una mirada desde el corazón, una novela que saca a la luz las emociones que emergieron en la pareja durante esos días en los que el tiempo se paraba y la nieve sacaba a relucir aún más el carácter de los sayagueses, siempre dispuestos a combatir los refranes que en más de una ocasión poca justicia les hacen.

El relato entrelaza en todos sus capítulos una doble historia: al tiempo que narra el viaje por la comarca en primera persona -al más puro estilo bitácora-, Ana aprovecha su tiempo libre para entregarse a la lectura de una novela -también ambientada en Sayago- y cuya historia nos va desgranando sumergiendo al lector en los eventos imaginarios que suceden en un pueblo ficticio en 1995, pero situado físicamente en las inmediaciones de esta tierra. Ana optó por ese recurso literario para gozar de mayor “libertad para crear y para que los personajes se expresaran sin ataduras”. También les ha servido para llegar a donde la autocaravana no fue capaz, descubriendo nuevos y recónditos parajes, junto a datos y curiosidades que hoy ya forman parte de la historia.

Los correctores de la editorial Círculo Rojo, con los que Ana lanza “Súbete al paisaje, en Sayago. Mucho más que los Arribes”, han destacado la calidad estilística y la estructura de la novela, que no ha precisado grandes correcciones más allá de las revisiones más pormenorizadas. La novela es el resultado de tardes entregadas a la escritura, sobre la que Ana se centró a finales de enero, ya con Filomena en el recuerdo, y de una profunda labor de documentación sobre el vocabulario sayagués, incluso sobre las costumbres de la comarca y su actividad hace casi veinte años. Detalles, como la tienda de Alcañices (Aliste) que vendía las famosas navajas de Paraçoulo que entonces se entregaban en una caja de cartón, completan una novela que, aunque ficticia, se enmarca en un Sayago de lo más familiar para sus vecinos y quienes entonces lo conocían.

Así, desde 1995 hasta enero de 2021, el libro realiza un recorrido en 213 páginas por la arquitectura de sus pueblos, la belleza de sus paisajes, también de sus gentes y el infinito amor con nombre y apellidos. Nuria y Delfín -de Numa Cerámica-, con José y con María en Pinilla o Rosa y su marido en Formariz forman parte ya de un relato que surge de una profunda admiración hacia una forma de vivir que su autora siente como única y que le ha cautivado tras decenas, quizá centenares de viajes y paradas para descubrir las entrañas de la España interior, pero también de gran parte del extranjero.

“Me apetecía darle las gracias a Sayago, de hecho pensé en titularlo así, GRACIAS, pero tal vez no se terminaría de entender el mensaje. Es un gracias desde el corazón”. De esta forma Ana demuestra el punto hasta el que Sayago se ha colado en su corazón y al que está segura, regresará en breve.   

Y es que el de enero no fue su primer viaje a Sayago. Tras una primera incursión a primeros del 2000 en el que Ana y Rubén descubrieron los puntos y rutas más destacadas de la comarca para terminar en Aliste y Rihonor, el matrimonio decidió buscar en los tesoros ocultos de una tierra que es “mucho más que sus miradores”. Allí descubrió las maravillas, talentos y amistades que les han llevado de nuevo a tierras zamoranas -conociendo hace unas semanas los entresijos de la capital con su perra Arvi posando en medio de la cuesta de Balborraz o imitando a Viriato-. Unas andanzas que no se quedarán aquí, con su el nombre de Aliste pendiente por tachar aún en su lista de destinos.

Ya lo relata Ana en sus múltiples post. Hay “historias que son libros sin escribir. Historias de costumbres. Historias de vida”. Historias que ella ha empezado a situar sobre el mapa.

Un gracias a Sayago página a página