sábado. 20.04.2024
Clara García durante una de las rutas de avistamiento de gamusinos
Clara García durante una de las rutas de avistamiento de gamusinos

Los hay que se alimentan de mosquitos, otros más despreocupados por la dieta y que sólo llenan el buche a base de pizza y quienes no tienen ningún objeción por devorar a sus hermanos mayores. La fisionomía y comportamiento de los gamusinos es tan variado como lo es la configuración de una provincia en la que, durante décadas, se ha arraigado la tradición de salir “a la caza” de estos seres que forman parte de la transmisión oral del relato de cada pueblo y que les dota de todo tipo de poderes, fortalezas y comportamientos, desde los más pacíficos a los más tenebrosos.

Dice Clara García que corren malos tiempos para los gamusinos, que tampoco son inmunes al cambio climático, la deforestación y la despoblación de las zonas rurales en cuyos entornos encontraban su cobijo. Tampoco ha ayudado su caza masiva, razón por la que la Agrupación en Defensa de los Gamusinos, junto al Museo Etnográfico de Castilla y León y el Ayuntamiento de Zamora han promovido las rutas de avistamiento de gamusinos.

Estas experiencias nocturnas han cautivado ya a decenas de zamoranos que han explorado el entorno de Valorio y de Carrascal y cuya respuesta ha obligado a programar dos nuevas citas para descubrir, linterna en mano, los secretos ocultos de estas criaturas que habitan en lúgubres escondrijos apartadas del mundanal ruido. Es ahí precisamente donde los rastros de los gamusinos quedan al descubierto.

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“Uno de los aspectos que intentamos trabajar es la capacidad de ver cosas dónde no las hay”, asegura Clara. Los olores o los sonidos de la naturaleza brindan una amalgama de oportunidades para que los más pequeños pongan en marcha su imaginación, el motor esencial para que perviva el relato de estas criaturas y sienten las bases de su continua reinvención.

Una heterogeneidad que no tiene fin y que se pone de manifiesto  en cada salida nocturna, pero también en las mesas informativas y en los proyectos de colaboración que la asociación ha llevado hasta los colegios de primaria de la provincia, donde los niños han dibujado su propia versión del gamusino. “Los hay que tienen superpoderes y se vuelven invisibles o se comunican por telepatía, aunque la mayoría de ellos suelen ser mezclas de varias especies, por ejemplo, mitad pez mitad león y con un pelaje arco iris”. Todo un muestrario que se pone de manifiesto en la muestra que alberga el Etnográfico y que contiene varios de esos dibujos junto al documental que ha contado con la colaboración del publicista y creativo audiovisual, Eduardo Vicente.

Clara García durante una de las rutas de avistamiento de gamusinos

Clara, artista escénica y visual, ha sido una de las grandes impulsoras de estos proyectos junto a Patricia Casalderrey, poeta y actriz. Sin las interferencias de los teléfonos móviles, los paseos tienen como objetivo aprender sobre el comportamiento de estas criaturas procurando no interferir en su vida. “En compensación” en cada paseo les dejan un obsequio sorpresa.

Aprovechando el calor del verano, los gamusinos se atreven a abandonar sus madrigueras, dejando rastros que los “exploradores zamoranos” ya han podido analizar, incluso a oír. “Hubo más suerte en Carrascal, pero en Valorio no hemos podido avistar ninguno”. Una experiencia que esperan poder repetir en las próximas salidas, contribuyendo así a la pervivencia de unas criaturas tan fascinantes como cambiantes.

Clara García durante una de las rutas de avistamiento de gamusinos

El Covid no ahuyenta a los gamusinos… ni la ilusión