Llegaron al pabellón Los Salados de Benavente con el susto en el cuerpo y con la incertidumbre de si sus casas estarían en pie a su regreso. Los 10 vecinos de Otero de Bodas que fueron desalojados por la cercanía del fuego de la Sierra de la Culebra a Benavente quieren ahora agradecer el apoyo y solidaridad que recibieron de la ciudad en esos momentos tan duros.
"Cuando tienes que abandonar tu pueblo y no sabes si tu casa seguirá en pie cuando regreses, recibir tanto apoyo y solidaridad reconforta y anima". Así lo expresan estos vecinos, que continúan sin teléfono fijo ni móvil desde que regresaron a sus viviendas, y que con sus palabras quieren agradecer la cercanía y preocupación del alcalde benaventano, Luciano Huerga, y la implicación de las peñas de la ciudad. "Nos llevaron comida y ahí no faltaba de nada", aseguran.
Pero también destacan el apoyo psicológico que se les prestó a través de Cruz Roja, "tan importante en unos momentos tan duros", y el trabajo de un médico y una enfermera que acudieron a atender a los enfermos que había entre ese grupo de 10 personas. Y no olvidan la implicación del alcalde de Ferreras de Abajo, Goyo Hernández, que "nos mantuvo informados telefónicamente en todo momento".
Y una de esas vecinas, Francisca Junquera, cuenta como una de las jefas que tuvo cuando trabajaba en Ayuda a Domicilio y a la que no veía desde hacía 15 años le ofreció su casa de Benavente, un gesto de solidaridad que aún la emociona. "Después de 15 años...", rememora.
"Gracias, gracias y gracias", insisten. "No nos faltó de nada", recalcan, ya desde sus hogares, desde cada mañana se encuentran con un panorama "desolador". "Qué tristeza, está todo quemado", señalan indignados por un fuego cuyas dimensiones, creen, podría haberse evitado. Por eso, iniciarán una recogida de firmas con el fin de pedir la dimisión del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, al que consideran responsable último de la tragedia.
