miércoles. 24.04.2024
Elena Amaro durante la entrevista
Elena Amaro durante la entrevista

Elena Amaro en su farmaciaElena Amaro regenta desde hace más de 15 años la farmacia rural de Requejo de Sanabria. Licenciada en Salamanca, esta profesional se ha convertido para los pocos habitantes del municipio en una referencia esencial durante una jornada en la que ejerce de boticaria, pedagoga y psicóloga.

"No solo dispensamos medicamentos, también damos consejos farmacéuticos y ofrecemos seguimiento fármaco terapéutico, además de preocupamos de los vecinos, la mayoría mayores", afirma, convencida de que la farmacia rural "ayuda a fijar población porque es un servicio esencial".

Al margen de reivindicaciones, Amaro está inmersa en el proyecto Telémaco en el que participan 5 ciudades españolas, entre ellas Zamora. La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR) se han unido para poner en marcha esta iniciativa y acompañar al paciente crónico de zonas rurales.

-¿Las farmacias rurales están en peligro de extinción?

-Si, muchas lo están. Las medidas de contención de gastos, la despoblación que viven provincias como Zamora y la bajada de los precios van a lograr que muchas farmacias desaparezcan. El año pasado han echado la persiana 20 en España. Cada año nos bajan el sueldo tras la orden ministerial por la que se procede a la actualización anual del sistema de precios de referencia de medicamentos en el Sistema Nacional de Salud. Consecuencia: que los medicamentos que tenemos en almacén bajan entre un 20 y un 50% y las pérdidas las asume la farmacia. Hay que dejar claro que las farmacias rurales dispensan sobre todo recetas, hay poca venta libre y nuestros clientes son personas mayores, con pocos recursos, que viven solos. La rentabilidad es baja y la contención de gastos nos pone la puntilla.

-¿Según la patronal, se han implantado en España 19 grandes medidas de recorte del gasto en medicamentos, pero ninguna ha logrado el objetivo?

-Claro, solo han afectado de forma muy negativa a la viabilidad económica de todas las farmacias, particularmente a las del medio rural.

-Forma parte de la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR), ¿Qué soluciones proponen para no acabar desapareciendo?

-Debe haber cambios estructurales. Cobramos por lo que dispensamos, no por el servicio que damos. Hay una desigualdad enorme. El 40% del mayor capital de la farmacia se concentra en el 20% de las oficinas fuera del medio rural. Nuestro rendimiento está estimado en un 0,77%, según un informe de 2019  elaborado por la asesoría especializada Aspime. ¡Y mucha gente piensa que tenemos un Ferrari aparcado a la puerta!. Hubo una política que propició la apertura de farmacias porque había población en los pueblos, pero las cosas ahora han cambiado.

-¿El pago de las guardias obligatorias es otra de sus reivindicaciones?

-Si la Administración tuviera que pagar las guardias, el coste estimado sería de 10.000 euros al año si la apertura es día y noche, y 4.000 euros si solo es el día. Hay compañeros con turnos de guardia de seis meses o de 180 días. En las zonas más pobladas puede que compense, pero en los pequeños pueblos se mantienen abiertas las oficinas y puede que no venga nadie. La liberalización de horarios favorece a las farmacias donde hay más población, pero ha abandonado a las farmacias rurales. Sufrimos agravios que afectan a nuestra vida personal y familiar, con una situación laboral precaria y sin posibilidad de contratar farmacéuticos adjuntos por el bajo nivel económico de nuestros negocios. Hay compañeros que ni siquiera cobran el equivalente al salario mínimo.

-Los médicos si cobran las guardias, por poner un ejemplo?

-Los médicos, farmacéuticos hospitalarios, enfermeros o técnicos son remunerados por sus guardias y nosotros también somos profesionales sanitarios, que prestamos servicios en un establecimiento sanitario de interés público. En mi opinión, deberíamos tener remuneración y ayuntamientos y diputaciones deberían ayudar mucho más a que se mantengan estos servicios esenciales, deberían implicarse más con las farmacias rurales porque si se va el boticario, al final algunos habitantes acaban abandonando ese pueblo y más ahora, con los consultorios médicos cerrados.

-¿Qué esperan de la moción de Senado para se incluya a la farmacia rural dentro del Reto Demográfico?

-Esperamos que con esta moción se inicie el camino para tomar medidas reales y efectivas para que la farmacia rural sea viable. La farmacia fija población, ejercemos de pedagogos, de psicólogos...en definitiva nuestra labor es sanitaria y social. Me vienen clientas, por ejemplo, para que les informe sobre la carta que les envían por las mamografías. El presidente de SEFAR dice que somos farmacéuticos rurales por vocación.

-¿Durante el confinamiento esa labor se habrá incrementado más aún?

-Con los consultorios médicos cerrados, mucho más. Como anécdota, antes de la pandemia, un vecino de Requejo que vive en Madrid trajo a su madre para que se recuperara de una operación y, a los pocos días, llegó el confinamiento y aquí se quedó. Yo la llamaba todos los días para ver como estaba, si había tomado la medicación etc.. Cuando la voy a ver siempre me tiene unas magdalenas o huevos. Esos detalles lo compensan todo.

-¿Qué es el proyecto Telémaco?

-Es un proyecto de colaboración entre la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR) de atención integral al paciente de zonas rurales. En esta experiencia piloto participan 5 farmacias rurales de Zamora y otras 14 de Sevilla, Aragón, León y Guadalajara, además de hospitales de estas mismas provincias. Se trata de implantar un modelo de asistencia coordinado entre el hospital y la oficina de farmacia rural. En provincias como Zamora, algunos pacientes deben desplazarse 160 kilómetros hasta el hospital, cuando las consultas se pueden hacer perfectamente en la oficina rural con una tablet. Es un modelo de atención farmacéutica que gira precisamente entorno al paciente y sus necesidades, Ofrecemos acompañamiento permanente. Los pacientes sientan que tienen un profesional cerca cuando lo necesitan y no exclusivamente cuando van a la oficina de farmacia o al hospital. Gracias a estas nuevas tecnologías, los pacientes pueden tener a un farmacéutico que les responda en tiempo real.

Elena Amaro, farmacéutica en Requejo de Sanabria: "La farmacia rural está en peligro de...