Son 6.000 metros cuadrados construidos en varios edificios y están a la venta desde 2017. Su propietario P. Fraga marcó un precio inicial de 1,7 millones de euros, pero no logró su propósito y curiosamente en 2019 volvió a intentarlo, pero esta vez el precio de venta se había elevado a 6,2 millones de euros. Tres años después, el precio ha caído a 240.000 euros.
Esa es la cifra que marca el portal El Idealista para vender el Salto de Castro de Alcañices, un patrimonio saqueado y demolido con paredes destruidas a martillazos, cristales rotos, muebles de cocinas y de cuartos de baño destrozados a base de golpes y suciedad por todas partes.
El poblado de Castro fue levantado en el año 1952 ante la construcción del salto eléctrico por parte de Iberduero, hoy Iberdrola. Era un pueblo en toda regla, con escuela, bar, piscina, frontón... todo lo necesario para dar servicio a la familia de los ingenieros y del resto de trabajadores de la central. Hasta contaba con un puesto de la Guardia Civil. Y todo se vende por esa "módica" cifra.
El salto, pegado al embalse de Castro y fronterizo con Portugal, cuenta con 44 viviendas, cinco independientes. Según recoge el Idealista, el poblado pertenece a una familia que lo compró a Iberdrola en el año 2000. Sus dueños querían "resucitar" el pueblo como destino turístico pero la crisis de 2008 truncó sus planes. Según los propietarios, se podría adquirir una licencia para albergar 184 plazas de turismo rural, siempre según El Idealista.
Este portal inmobiliario recoge también las afirmaciones de la familia propietaria, según las cuales, la persona que adquiera el pueblo tendrá acceso a subvenciones Estatales y por parte de la Junta de Castilla y León.
Además, el portal avanza que en base a un estudio elaborado por los propietarios, la inversión que necesitaría el pueblo para estar totalmente operativo y empezar a ser rentabilizado no supera los 2 millones de euros.
